Las infecciones íntimas tienen muchas razones de ser y no siempre son por falta de higiene o contacto sexual, factores como la humedad, la ropa ajustada, el estrés, el uso de algunos antibióticos e incluso el embarazo podrían alterar el pH natural de la zona íntima y desencadenar una infección.

La realidad de los remedios caseros

Durante décadas, las mujeres hemos tratado las infecciones de distintas formas: óvulos de inserción directa, pomadas y, por recomendación de familiares y amigas, uno que otro remedio casero que prometía ser la solución, pero ¿realmente estas recetas de la abuelita ayudan a aliviar las infecciones?

La respuesta es sencilla: no, no lo hacen. Pues, aunque alivian las molestias momentáneamente, no atacan al hongo que provoca la infección y esta podría agravarse al pensar que está realmente controlada, además de que algunos de ellos son tan raros y agresivos, que podrías alterar mucho más el pH de tu zona íntima, por ejemplo:

Tomarlo con frecuencia podría ayudarte a restaurar el pH de tu piel, pero a muy largo plazo. Aplicarlo directamente en la zona, podría empeorar la infección por el azúcar del producto y las bacterias que podrían estar viviendo en él.

Aunque los baños de asiento son muy comunes, el vinagre es un agente demasiado ácido que también altera el pH.

Por años hemos escuchado que el ajo tiene propiedades antibacterianas, pero aplicarlo sobre la piel tan delicada de tu zona íntima podría causar irritación y hasta quemaduras leves.

Si bien no te irritará ni alterará el pH de tu piel, únicamente conseguirás aliviar el ardor e irritación sin eliminar el hongo que provoca la infección, por lo que esta podría empeorar con el paso del tiempo.